
CON ESTOS DESEOS DE VERTE
Ese bus que va para tu barrio
las monedas que no tengo en mi bolsillo
por consiguiente
las calles que hoy no caminaremos
los besos que no te daré entretanto
-la vida en sí
en cada miseria
- Fernando Molano Vargas


Da clic sobre el video y descubre en la voz de Carmen Gómez la historia de un recuerdo.
"Fernando Molano Vargas en el Parque Nacional de Bogotá. Entierro de las cenizas de Hugo Molina, “Diego”. Bogotá, 1992." Fotografía de Marieth Serrato.
Da clic sobre el video y descubre en la voz de Ana Cox la relación del autor con la Biblioteca Luis Ángel Arango.



Da clic sobre el video y descubre en la voz de Ana Cox anécdotas que transcurren en el territorio de Bogotá.
LA CIUDAD EN FRAGMENTOS
Explora Bogotá en la obra de Fernando Molano Vargas

CUÁNTOS REGALOS ESTE DÍA
1
Es la mañana en estas calles
Que extraño en la rudeza del cemento
el jardincillo
entre el gris humo de los carros
delicado
florecido
te parece tan terco el jardincillo
Y acunadas en el cuenco de tu mano
tiemblan las hojas de una azalea
parecen niñas asustadas
Pero tu voz:
"Son tan agradecidas las maticas
cómo me gustan"
2
A la tarde en el viejo Teusaquillo
buscar sin prisa una vieja casa
por ti ya hace tiempos vista
reblujar veintitantas calles de tu mano
lo mismo que piratas extraviados
porque olvidas el lugar de tus tesoros
Ah, por fin la calle
es en esta calle
allí la casa
Y tu dedo señalando:
"Mira
bajo el alero
ese adornito"
Sí
el adornito
3
Y es ya la noche
cuando más temo que pasará el tiempo
este tiempo
que pasará el lobo
Pero entonces-no antes del amor ni luego
tu mano firme empuña firme
un manojo de cabellos
tras mi nuca
tus cabellos
Y otra vez tu voz:"Inclínate
tengo tantos deseos
de propinarte tengo tantos"
-Ah
que no venga
que no pase el lobo todavía.
- Todas mis cosas en tus bolsillos, Fernando Molano Vargas

“Decimos que vamos a andar por la Séptima: a los dos nos gusta esa calle. Subimos por la 45: la calle está vacía; Leonardo echa su brazo sobre mis hombros y seguimos sin decir nada.
En una media cuadra oscura él me ha puesto un beso, y ahora que hemos llegado a la Séptima nos vamos pateando una piedra. Él se burla de Iguarán porque me ha metido un túnel con la piedrita (y de taquito: ¡que humillación!). Entonces nos quedamos jugando túneles frente a la Javeriana, hasta que yo le meto uno para quedar empatados; y seguimos andando con las manos entre los bolsillos.
Otra vez me entran deseos de orinar; pero ya hemos llegado al Parque Nacional y allí hay un árbol grande: en ese árbol si puedo porque todo está oscuro y por aquí no hay nadie... Yo le digo a Leonardo que espere; pero cuando llego al árbol él se ha venido conmigo.”
-Un beso de Dick, Fernando Molano Vargas.

“El lunes siguiente fuimos a comer a un sitio del Centro Internacional. Al salir de ese lugar, la noche estaba muy fría, caminábamos sin decir nada, y todo tenía ese airecito de las cosas que se terminan.
— ¿Le puedo decir algo? — me dijiste cómo si estuviera triste-. Yo quisiera ser su amigo... Venga, está en rojo el semáforo, pasemos ya.
Y atravesamos la avenida. Entonces me echó su brazo.
—...
—¿Qué dice?
—Que yo también quisiera. Pero sólo si me promete algo.
—Qué cosa.
—Son dos cosas. Que nunca me diga que me quiere sino me quiere.
—Yo quiero quererlo.
—Chévere... Pero si un día me quiere, cuando deje de quererme, no me lo dé a entender. Sólo dígame: “Ya no lo quiero” y listo. ¿Si?
—Listo.
Y allí, en la calle, me puso un beso. Un pequeño beso apresurado.”
- Vista desde una acera, Fernando Molano Vargas